PROTECCIÓN DE LOS CULTIVOS
Encontrar una manera de depositar huevos parasitados con Trichogramma en las vastas plantaciones de Brasil ha implicado la implementación de algunos métodos ingeniosos, incluyendo el uso de una motocicleta. En 2013, el Dr. Fernando Nicodemos y NCB, la empresa que fundó en 2006, se enfocaron en dilucidar cómo la tecnología aeroespacial podría aplicarse al biocontrol.
Específicamente, se centraron en los cultivos a gran escala. Brasil tiene alrededor de 10 millones de hectáreas cultivadas con caña de azúcar. El barrenador de este cultivo (Diatraea saccharalis) se puede controlar con Trichogramma galloi. Esta diminuta avispa ataca los huevos del barrenador de la caña de azúcar, agotando así la tasa de natalidad.
Un método ampliamente utilizado es la distribución manual de tiras de papel con Trichogramma en su interior, pero este método es bastante lento para cubrir grandes áreas. No es de extrañar que se buscasen otras soluciones, como el uso de una motocicleta. Mientras este tipo de vehículo puede cubrir 50 hectáreas/hora, un dron puede cubrir de 40 a 80 hectáreas/hora. Nicodemos comenzó a trabajar en técnicas de aplicación utilizando motocicletas, habiendo explorado primero el uso de aviones tripulados. “Este primer nivel de automatización ha traído muchas ventajas y una gran disminución de la carga y tiempo de trabajo”, sostiene.
Sin embargo, había dificultades para que las motocicletas accedieran a terrenos accidentados o erosionados, y las aeronaves agrícolas (tripuladas), por ejemplo, tampoco valían la pena en la aplicación porque la carga útil, al ser liberada para el control biológico,no compensaba los costos operativos”.
En 2017, la OCN inició el desarrollo del producto BioBOT. “Bio- BOT es un dispositivo que puede liberar Trichogramma en forma de huevos sueltos parasitados, totalmente controlados por GPS. Podemos hacer un seguimiento de todos los datos digitales y controlar con precisión, con un máximo de 2% de error, la dosis de liberación de este insumo biológico en mililitros por hectárea usando un dron”, señala Nicodemos. El equipo puede acoplarse a drones de ala fija o a drones multirotor.
Pero, ¿cuántas hectáreas de caña de azúcar en Brasil estima él que recibirían el biocontrol de Trichogramma usando drones, Nicodemos responde: “Estamos llegando a 5 millones de hectáreas con Trichogramma este año, actualmente el 98% se controla por medio de drones”.
NCB también se ha estado expandiendo a otros cultivos. El equipo BioBOT puede utilizarse para liberar insumos biológicos en soya, maíz, porotos, melón y palta. Principalmente en aquellos cultivos que tienen un barrenador como plaga, explicó Nicodemos. Al discutir los desafíos, dijo que las principales restricciones son la autonomía (duración de la batería) de acuerdo a la carga útil. Una mayor autonomía puede hacer que las dosis de aplicación sean más eficientes ya que se cubre más superficie en menos tiempo.
En cuanto a las reglas operativas en Brasil, Nicodemos señaló que estas son similares a las de EE UU. Según ANAC (la agencia de aviación brasileña), hay tres categorías de drones. Los de la categoría 3, que corresponde a los drones de hasta 25 kg, son los más utilizados en el control biológico. Tienden a ser fáciles de usar y tienen menos restricciones, lo que los convierte en una categoría popular. Los operadores deben tener 18 años mínimo y prestar un servicio profesional; la empresa debe tener un seguro contra daños a terceros.
“También tenemos muchos sistemas operativos. El más común y utilizado en el control biológico, y que tiene menos restricciones, es el visible, que incluye el alcance del radiocontrol y la supervisión de un piloto”, precisa Nicodemos. “Los vuelos no visibles no son muy utilizados en el control biológico debido al requerimiento de algunas certificaciones y procedimientos más burocráticos”, añade.
¿Cuáles son los factores que determinan la altura a la que debe volar un dron? “Los factores fueron determinados por nuestras pruebas y validaciones, junto a agrónomos y especialistas en biofábricas, que son nuestros socios”, dice Nicodemos. “La recomendación es liberar el BioBOT a una altura de 15 a 45 metros, siendo 20 metros lo normal”.
Si se lanza demasiado alto, el producto puede propagarse un poco más de lo normal y no cae en el lugar correcto, agregó. Se recomienda la liberación de sustancias biológicas con buenas condiciones climáticas. Pero, como señala Nicodemos, los drones pueden adaptarse con rapidez a condiciones climáticas cambiantes, lo cual es una ventaja.
Entonces, ¿dónde ve Nicodemos la mayor oportunidad de usar drones para el biocontrol en Brasil y a nivel internacional? “El mercado del control biológico es una gran oportunidad en sí misma. Está creciendo casi 20% al año en Brasil”, señala. “La gran variedad de productos biológicos que se está desarrollando y registrando abre el mercado a nuevas soluciones automatizadas, incluidos los drones. Tenemos muchas oportunidades y posibilidades, considerando que el mercado está creciendo rápidamente y que todos estos productos necesitarán soluciones automatizadas, desde el proceso de fabricación hasta el lanzamiento en el campo”, finaliza.